lunes, 13 de abril de 2015

LA TRANSICIÓN. ALGUNOS RECUERDOS DE UN VIEJO GUERRILLERO

     Por Alfredo Ballester Parra
“Tanta lealtad, tanta voluntad, solo es posible cuando se cuenta con un pueblo como el nuestro”. Fidel

En verdad el largo viaje desde aquel asiento alto, no sé de dónde lo sacaron,  creo de la Base Naval de Guantánamo,  donde me sentaba para enrollar dinamos en el garaje de mi padre,  por lo regular hacía  dos de ellos diarios, con un  pago simbólico los sábados  de 40 centavos,  los que me servían  para el cine;  estos luego  se  vendían a siete pesos.
Mi padre tenía un taller en Guantánamo,  “Enrollados Ballester”,   y también yo  tenía algún conocimientos de mecánica automotriz,  hasta hoy 2015 en la ciudad de Holguín,  ya  coronel de las FAR en retiro y la preocupación de solo buscar el yogurt  entre los días de las semanas y algunas reuniones,  no ha sido nada fácil llegar hasta aquí. Haber visto la carta de intención sobre  la reanudación de las relaciones diplomáticas con los EEU, algo que no pensé llegar a ver, pero que todavía falta mucho por andar para normalizar estas. El escenario cambió, entiendo que ahora será más compleja la lucha ideológica.
Se dice que es  de arcilla el hombre y  está formado de imágenes, las que luego se convierten en arcilla de su personalidad futura. En mi caso,  según mis recuerdos,  fue un cuadro azul inmenso de los estudiantes de medicina fusilado por los colonialistas españoles, en la pared del viejo caserón del Instituto de 2da. Enseñanza de Guantánamo. Recuerdo que el primer odio que sentí fue a Gonzalo de Castañón,  luego supe,  al conocer de Federico Capdevila, que no todos los españoles eran unos HP y mis primeras simpatías  fueron por los estudiantes de ese lugar. El busto de Martí y una urna con los zapaticos de rosa en el parque frente a mi casa, donde yo asistía cada vez que allí realizaban cualquier acto, por mera  curiosidad.
Los muñequitos, las películas de cowboy  de John Wayne, Gary Cooper, Randolph Scott, vaqueros duros que siempre mataban a los malos; había también los Cowboy cantantes de camisas chillonas a cuadros, Gene Autry, Roy Roger Warner Baxter y Cisco Kid,  que no me entusiasmaban  siempre con su guitarras a manos;  en cambio James Stewart, Tom Mix, y Tim Mccoy mucho mejores.
El negrito mono de un lenguaje corporal exagerado de las películas americanas que habría desmesuradamente los ojos, servil, siempre de maletero o criado,  me molestaba. Era el único negro que se veía en esas películas.
El Cuerpo de Infantería de Marina de los EEUU resultaron mis héroes por un tiempo, así como los pilotos de la II Guerra Mundial,  aunque  la actuación del franco militar que venía a Guantánamo procedente de la Base Naval  era todo lo contrario de lo que veíamos en sus películas, con un comportamiento salvaje y desprecio por mis conciudadanos y  por nuestra cultura.
La mierda que hacían los marinos americanos cuando venían al pueblo,  la cantidad de putas que existían en mi pueblo,  las fotos  de las modelos en trusa de la revista Bohemia,  la película Casablanca, Elvis Presley, el Trío Matamoros, el naufragio del circo Razzores, los niños limosneros de mi pueblo; los versos sencillos de José Martí,  la poesía de García Lorca, Amado Nervo, Vargas Vila; el antibatistianismo  y anticlerisismo de mi padre.
 Mi padre era acérrimo  contra los curas. Decía  que la Iglesia Católica estaba  cargada de corrupción, enriquecimientos  y asociación con los poderosos, esto siempre fue así. Que a través de los siglos,  en la antropología forense,  al estudiar cuando la ocupación antes de Cristo en  Palestina por los romanos, en excavaciones echas a las edificaciones de las moradas del clero, se descubrieron pisos maravillosos que da la imagen de cómo vivían en aquella época los sacerdotes,  con falsos discursos de humildad.
Siento un profundo respeto por los curas honestos  y más aún por las abnegadas monjitas,  sobre todo las de los hospitales, los asilos, practicando lo que predican. Recuerdo las del asilo San José de la Montaña, mi estancia en el colegio  La Salle desde muy pequeño,  los Colegio Internacionales del Cristo en Santiago de Cuba, el colegio Bautista José de la Luz y Caballero, donde comencé el kínder, el colegio Americano, Sarah Ashhurst, de religión anglicana,  cuando hice mi preparatoria en una aula  Adventista.
Los cambios de escuela no me permitieron hacerme de una religión, si hubiese sido creyente sería bautista, que fueron los que más me simpatizaron.
Yo sabía más sobre las islas del Pacifico que sobre mi país,  las islas  de  Batan,  y  de Corregidor, de los desembarcos americanos allí, etc.,  eran  las películas norteamericana  en esos momentos en todos los cines  ya recién había terminado  la II Guerra Mundial.
La lectura de Selecciones de Rider me proporcionó cierta cultura, mi personaje inolvidable, las devoraba,  gracias a ello me fue apasionando la lectura. La historia de Tarzán, aquel libro rosado,  luego  libros más serios. El Hombre mediocre de José Ingeniero, Curcio Malaparte,  en fin me convertí en un adicto de la lectura,  hice muchas lecturas desordenadas.
Mi estancia en los Boy Scout, en los Rovert Scout  donde  fui director de un pequeño folleto; mis amigos de entonces teníamos una gran comunión de ideas las cacerías, las exploración a las cuevas, todo esto me marcó. También por esa época sucesos como  el escuchar a Chivás en sus denuncias y su posterior suicidio; los artículos políticos en la revista Bohemia de Mario Cuchilán,  el libro sobre la luchas campesina de realengo 18,  el Canal Vía Cuba cuando querían partir la isla en dos, los argumentos que se exponían de los males que nos acarraría eran funestos: dividirían la isla por la zona central, fue un rechazo de todos. A estas alturas pienso que si esa  mutilación hubiese ocurrido hoy no seríamos lo que somos.
Ellos  proyectaban abrir una vía  acuática por la bahía de Cárdenas y saldría por Ciénaga de Zapata, beneficiaría a toda la costa  de los EEUU que es la salida natural de la industria pesada de ese país. Al separarse la isla perderíamos la integridad territorial, la zona del canal se convertía en factorías yanquis con sus leyes, crearía diferencias económicas y sociales en la población, estaríamos involucrados en todas sus guerras, utilizarían seis millas de la costa de Cárdena para espigones de barcos y además 443 caballerías las mejores tierras para el canal de 40 m de ancho y 15 m de profundidad.
Vino el gobierno de Grau San Martín,  la gente cifró alguna esperanza, luego Prío, todo seguía igual, ambos gobierno  fueron de pandillerismo y robos del erario público (hacienda). No había mejoría para el pueblo.
Llegó el golpe de estado  del 10 de marzo,  no pasó nada,  la mayoría de la  gente no tenía una claridad de metas ni unidad de pensamientos, a la gran mayoría solo los unían  las ambiciones de puestos y enriquecimientos. Recuérdese que vivíamos en un capitalismo brutal Hacia falta algo un conductor, honesto, ya Chivás había muerto, alguien que polarizara y aglutinara las fuerzas dispersas de los jóvenes y los obreros, todos inquietos y ansiosos de luchar por algo nuevo para el país;  somos un pueblo de fuerte tradición patriótica.
Yo estaba lleno de inquietudes políticas,  tenía unos 16  años de edad,  todos los días al regreso de la escuela me iba a la orilla del río Guaso por la estación de ferrocarril de Caimanera a observar una cantidad de indigente que se reunían y vivían  debajo de un garaje de chispas de ferrocarril.
Una mañana nos sorprendió la noticia del asalto al cuartel Moncada, comencé a admirar aquella gente que habían tenido la valentía de hacer esto, lo fui comprendiendo a lo largo del camino, había que ayudar, no era tiempo de cruzarse de brazo, ya por fin  no teníamos una búsqueda de rumbos, el camino de la Revolución  estaba trazado, Fidel lo señalaba, solo había que prepararse y seguirlo; sabíamos que estaba lleno de dificultades, el enemigo a vencer era poderoso, pero no titubeamos  ni un segundo. Comenzaron los crímenes,  el primero el estudiante Rubén Batista;  hasta 1959 la tortura y el abuso por partes de las autoridades policiacas y militares era parte de la política de estado;  la brutalidad policial la veíamos a diario en cualquier noticiero en los periódicos, en muchas estaciones de policía se destacaron individuos expertos torturadores con instrumentos  satánicos para hacer confesar a las personas. Fue la Revolución   la que puso fin a tan despreciable práctica.
Los hombres que comenzamos esta inmensa obra,  este proyecto social  único en esta parte del mundo, nacimos en la corrupción en el menengismo (menegue), la politiquería, el engaño, el sálvase el que pueda,  hasta que ocurrió lo del Moncada, eso cambió por completo nuestro modo de pensar;  nacimos de nuevo y hemos continuado a pesar de  los reveses  y también es parte de la vida haber chocado con diferentes modos de pensar o como otros han visto las cosas o sencillamente nos han querido rayar la pintura, con razón a veces o sin ella también, como  hemos dicho si ”to er mundo fuera bueno”  esto sería de lo más aburrido.
Bueno, en realidad no soy monedita de oro para caerle bien a todos y a todas, tal vez ahora ya  un poco viejo nuestra obra  se mantiene  con otros matices, porque los tiempos cambian y nosotros con el mundo.
Por suerte los arbolitos de Navidad ya se pueden poner,  esto no es un problema de bajo nivel ni político,  es solo un adorno como siempre debieron de ser; se puede escuchar a los Beatles, puedes tener a alguien en la casa,  claro pagándole para que ayude,  esto dejo de ser un acto de aburguesamiento;  ya los tres reyes magos puedan venir sin problemas, esto de creer en ellos no es un asunto político; la infidelidad de la mujer (solo la juzgábamos a ella, a ellos ni pensarlo) es algo de cada cual, y así un rosario de cosas por suerte  lo hemos dejado detrás. La Revolución ha dignificado a la mujer cubana, ya  no solo podían ser domésticas, trabajadoras de cafeteras, de bares, comadronas, peluqueras, modistas, los llamados trabajos de mujeres  y por  último el camino de la prostitución o amante de alguien con posibilidades económicas, por suerte ser madre soltera no es un delito mayor ya ellas no son solo subordinadas ahora son jefes al igual que los hombres, oficiales de las FAR, del  MININT, científicas, intelectuales, pilotos de aviación, el color de la piel no tiene ninguna importancia, claro todavía existen algunos rezaguitos cuando se trata de matrimonios en algunas gente,  eso que ahora le llaman discriminación de género lo estamos superando,   en fin,  ellas  pueden ser lo que desean ser
Cuando nos ponemos a meditar como  ciudadanos comunes y  solo hijos de vecinos, cómo fue que nos convertimos  de oficiales guerrilleros  a  militares profesionales, ahora todo parece un poco lejano.
Éramos militares por circunstancias, en función de una necesidad patriótica. Por nuestro ideal humanitario y patriótico, no estuvimos excepto de  romanticismo político por la edad, y claro,  el nivel cultural que se traslució en un romanticismo económico. Teníamos de  forma  natural una sensibilidad frente a los problemas sociales que habíamos vividos, pues éramos parte de ellos, lo que habíamos visto, éramos parte del pueblo, veníamos de abajo,  habíamos tocado los problemas, sabíamos dónde estaban.
Por una coyuntura histórica el statu de todos nosotros cambió, ahora éramos oficiales  de un ejército profesional, pero no olvidamos ni por un instante nuestro origen,  que el ser militar, la única diferencia es ponerse el uniforme y estar sujeto a un reglamento,  ese no era nuestro caso y si del respeto a la integración física y moral de las personas.
Tenemos una alta sensibilidad humana, una vocación internacionalista que es  inherente a nuestro pensamiento, no excepto en aquella época de  la idealización, un romanticismo de salvar el mundo, producto de las corrientes que corrían.
Lo militar es una carrera, en esta profesión existen muchas razones para inclinarse a ello: la tradición familiar, la vocación o solo el gustar de la vida del aforado; labrarse un futuro, también el gusto por los uniformes  y en muchos casos el poder que tienen  los militares. En algunos casos ganarse la vida, escalar una posición,  tener un empleo, o si lo prefiere machucarse la vida, por no decir otra cosa,  en fin,  todo estos en países de orientación capitalistas, como lo fue también en  el nuestro anteriormente. Muchos oficiales de carreras  cometen atropellos contra la población con el pretexto dogmático de la obediencia debida.
Aunque de estos hombres de uniforme, ocasionalmente en momentos históricos surgen individuos con una visión social y política distinta a la que fueron entrenados o percibieron en su niñez  y defienden los intereses de su pueblo como  lo demostró Hugo Rafael  Chávez  Frías en Venezuela,  un militar más que digno. Chávez ha demostrado que los militares pueden desempeñar la lucha por la verdadera independencia de los pueblos.
Chávez,  de origen humilde, irrumpe en la vida política de Venezuela, inspirado en las ideas  del libertador Simón Bolívar;  Chávez,  un soñador, que vio partes de sus sueños  hechos realidad, un Cristo de estos tiempos,  un redentor de los olvidados.
El  Cristo antiguo,  aparte del milagro de los panes , y el que las aguas se abriesen (que no recuerdo a quién benefició) y si el de multiplicar los peces;  este Cristo de ahora despertó pueblos, le dio de comer a millones de personas, le dio techos, trabajos, les enseñó  a leer y a escribir, les curó sus males, a los ciegos le devolvió la vista, en fin,  por esto el Cristo en que él se confió, se descuidó,  miró para otro lugar y murió antes de tiempo. Está bien,  este tenía solo  pozos de petróleo, pero aquel según me dicen, tenía un poder inmensurable, hizo hasta que una serpiente hablara y lo mejor que tamaño embuste todavía millones de gente lo creen.
Continuando con los personajes militares  y los procesos nacionalistas militares: el general Juan José Torres, ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Bolivianas  en junio de 1970, luego de una sublevación popular ocupó la presidencia de Bolivia,  inspirado por los gobiernos nacionalistas militares  de Perú, Panamá y Ecuador. Inició un programa progresista de trasformaciones económicas, sociales y políticas, internas y externas, luego de intensas conspiraciones respaldadas por los EEUU; este gobierno fue derrotado el 21 de agosto de 1971, mediante un sangriento golpe de estado encabezado por el coronel Hugo Bánzer Suárez, con la colaboración de las fuerzas militares y paramilitares  del gobierno de Argentina; el ex general fue secuestrado y luego asesinado en su exilio de Buenos Aires, su cadáver apareció el 2 de noviembre  de 1976.
El  General Juan Velazco Alvarado encabezó en 1975 un importante programa de trasformaciones estructurales en la economía, la sociedad y las relaciones políticas y económicas internacionales;   lideró un proceso popular nacionalista en Perú  y decretó medidas a favor del pueblo.
El Teniente Somarriba, oficial  del ejército somocista,  quien encabezara  un intento fallido de lucha armada en Nicaragua, donde murieron dos cubanos: Omelio Hernández y Marcelo Hernández.
El Capitán del Ejército Brasileño Carlos Lamarca,   fue oficial  aspirante a la Academia Militar de Águilas Negras  y segundo  teniente en las tropas de intervención de la ONU en el Canal de Suez en 1962. En diciembre de 1964 cuando era capitán del ejército comenzó a rebelarse contra el régimen. En las navidades del 1968 se exilió en Roma y después viajo a Cuba. El 17 de diciembre de 1971 murió en una embocada en el Sertón Bahiano en Brasil. El también Capitán de este  Ejército, Carlos Lamoner,  fue un oficial progresista y fundador del movimiento revolucionario MR-8.
En Egipto  otro militar,  Nasser,  nacionalizó el canal de Suez. El  Coronel Francisco Alberto Caamaño encabezó  la lucha guerrillera en  República Dominicana,  fue herido y posteriormente  asesinado. El General Omar Torrijos condujo la histórica lucha del pueblo panameño a recuperar la soberanía sobre el canal, muerto misteriosamente en un accidente aéreo, decía que él no quería entrar en la historia, “lo que quería era entrar en el canal”.
Estos militares revolucionarios eran hombres con un sentido elevado del honor, personas  honestas que repudiaban el crimen y las injusticias, casi todos ellos eliminados por los yanquis.
Estos casos son excepcionales, por lo regular los presidentes militares han desarrollados un terrorismo de estado como mecanismo de dominación sobre la sociedad. La supuesta apoliticidad de las Fuerzas Armadas en realidad no existe, es una estratagema, una mentira. En nuestra isla era difícil que sucediese esto de que de sus filas militares surgiesen hombres visionarios, las fuerzas públicas cubanas  estaban demasiadas corrompida al servicio de intereses poderosos locales o extranjeros; la corrupción estaba institucionalizada, estábamos demasiados penetrados por los norteamericanos.
Batista era la antítesis de todo esto,  pro yanqui hasta el tuétano, entregó el país a los americanos, corrompe, asesina y crea odios; este era el país del relajo,  de las charadas,  amuletos de resguardo,  el bayú y  de bellas y baratas mulatas, además del bilongo.
Estas instituciones castrenses  eran selectivas,  lo vemos en  la  Fuerzas Aérea y  en los oficiales de la Marina de Guerra,  casi en ninguna había negros. Para la aviación la piel blanca, o que pasaran por ello,  de estaturas más bien altas y buena estampa,  estos cuerpos estaban reservados para los hijos de papá,  por lo regular familias de abolengo, apellidos ilustres, adinerados, de topetes, de linajes, de alcurnias, de “la Jay” etc., con bonitas y bien alimentadas mujeres, que viajan en bonitos carros, viven en bonitas casas, si parecen nórdicos el camino está libre, son  los que van a la Academia de West Point,  todos  visten vistosos  y engalanados uniformes blancos de la marinas  entorchados y en el otro caso en los pechos las alas de pilotos. Medallas, insignias, distintivos de llamativos  colores, todos hablan inglés.
En nuestro caso el ejército cubano antes de 1959  eran una copia imagen y semejanza al  de los yanquis. Nuestros oficiales se entrenaban en el norte. Es sabido que cuando uno estudia en un país extranjero,  por un proceso natural y humano,  es simpatizante del mismo y si fue por mucho tiempo  y si  la pasó bien,  por lo regular se adopta como segunda patria;  conocemos lo que sucede en estos casos.
El anticomunismo era el pan nuestro de cada día,  esta palabra  COMUNISTA estaba satanizada, además de una misión militar norteamericana  en el campamento militar de Columbia, que se estableció  en 1951,  los militares norteamericanos de esta misión junto al coronel Clark Lynn J.R,   jefe de la misma,  acompañaron en su derrota al ejército cubano.
Recuerdo cuando Fidel más o menos dijo, pues para qué los necesitamos si perdieron la guerra junto  a Batista. En realidad esta misión nunca tuvo una idea clara de nuestra idiosincrasia,  ni las características de la lucha de liberación  que nuestro pueblo estaba llevando a cabo.
El carácter de la guerra de guerrilla librada por el Ejército Rebelde, con el amplio apoyo y participación popular,  ni siquiera hoy al cabo de tantos años de bloqueo conoce de lo que somos capaces por la justicia  y por la defensa del país aunque  se lo deben de imaginar sus analistas militares.
La alta oficialidad del ejército anterior vinculada  a los intereses de la oligarquía y el imperialismo, la oficialidad media atada  a la clase media  y conformada  con oficiales de formación  de  academia;  los alistados (soldados), cabos y sargentos que el servicio militar voluntario los llevaba a sus filas, en busca de salarios para resolver sus problemas económicos, procedían de diferentes extractos sociales.
El conocimiento en aquel entonces por parte de  Fidel del Ejército de la República, se manifiesta en carta del  10 de septiembre de 1958 al Comandante Raúl Corzo Izaguirre,  que era uno de los cinco jefes de batallones, que bajo la dirección del General Eulogio Cantillo, dirigió la última ofensiva que lanzó  el ejército de Batista contra las fuerzas rebeldes que defendían la zona occidental de la Sierra Maestra. Solo extraeré algunos párrafos elocuentes que retratan a esta institución. Refiere Fidel: “Mi poca fe en la mayor parte de los militares cubanos está en las vacilaciones que lo caracterizan y la forma in gloriosa con que suelen caer de sus mandos. El papel de la oficialidad del ejército no puede haber sido más triste. No me refiero a las campañas donde los fracasos no son más que consecuencias lógicas de defender tan funesta  e impopular causa. Ningún ejército con tradición, madurez y conciencia de su destino, se habría dejado arrastra a una  situación semejante, con ausencia total de espíritu de cuerpo, viendo caer uno tras otros sus mejores valores, qué consideración se puede tener con los jefes militares que respaldaron la dictadura, podrán devolverle la vida a los cientos de campesinos asesinados sin razón. Un acuerdo entre militares y revolucionarios es lo que podía salvar al ejército de su total desintegración, ello resulta muy difícil por carecer este de un líder de alta jerarquía con fuerzas propia y moral suficiente para hablar a nombre del cuerpo, y los militares más consientes, pero de menor jerarquía imposibilitado de vertebrar sus esfuerzos, para actuar por su cuenta propia dentro del cuerpo, no hacen causa común con la Revolución, no viran sus armas contra la tiranía como si Batista fuera el ejército, como si los fuesen los Tabernillas, Chaviano, Pilar García  y demás jefes criminales y ladrones, se llama deslealtad conspirar contra ellos, se llama traición el derecho y el deber de revelarse contra la criminal y corrompida autocracia, aunque no fuese más que para salvar al ejército de su desintegración y salvar la vida de tantos soldados que están muriendo y van a morir en aras de una innoble y vergonzosa causa. El ejército se  desarticula, a ojos vista, sin que nadie lo pueda impedir, porque los ejércitos nacionales se fundan para fines más nobles que el crimen, el pillaje y la represión las tropas,  hundidas en el más absoluto desgano; los oficiales  con poco ánimo de llevar la tropa al combate,  no por falta de valor, sino por falta aliento moral  de razón para luchar,  porque no puede haber valor sin convicción. Los nuevos reclutas desertan por cientos,  a los militares no le ha preocupado nada impedir el asesinato en masa de infelices campesinos, las torturas espantosas que sufren los revolucionarios en las cámaras de tortura policíacas, los gásteres de Masferrer,  sujetos extraídos de las prisiones para vergüenza de las fuerzas armadas, están ejerciendo funciones de orden público” (fin de la carta).
Qué pasó con los militares  de este ejército derrotado, existía una cifra entre policías, ejército, marinos,  etc., grande,  más de 80 mil. Muchos en los primeros  días se fueron, abandonaron los cuarteles, al igual que los que se entregaron a nuestras fuerzas, no hubo un plan de licenciamiento que yo recuerde, algunos, los menos  se incorporaron a bandas en los montes que más bien estaban escondiéndose. Nosotros  utilizamos unos pocos en los escuadrones y delegaciones de la policía,  personas que tuvieron una conducta ejemplar y poseían un conocimiento que nosotros no teníamos y nos eran necesarios, sargentos mayores de los escuadrones, carpetas en la policía; como puede verse no se abandonaron a los hijos de  los muertos contrarios.
El 3 de noviembre  de 1959 el Ministerio de la FAR remitía para su publicación en la Gaceta  Oficial más de 3,500 resoluciones firmadas por Raúl, en la que se concedía el retiro y cobro de pensiones a  ex militares y a los familiares del disuelto ejército de Batista que cayeron combatiendo al Ejército Rebelde, considerando que dichos familiares no debían quedar desamparados, sobre todo cuando se trataba de mujeres y niños.
 Sobre nuestro arte militar,  la experiencia de las guerras contra los colonialistas españoles  quedó  truncada con la creación de un cuerpo de artillería en 1902,  acorde al pensamiento militar yanqui.  
Con  el fin de la guerra hispano –norteamericana los EEUU logran desarmar al pueblo cubano con la disolución del Ejercito Libertador y  la asamblea de El Cerro. Ello facilitó la creación de mecanismos económicos, político y militares, dirigidos a garantizar  la penetración norteamericana total en la isla, maniobra que culminó con la imposición  de la conocida Enmienda Platt a la Constitución de 1901.
Desde el punto de vista militar, ya que no existía una institución armada y los mecanismos impuesto durante la ocupación  les permitió el derecho a velar por nuestra soberanía e integración territorial, mediante la intervención militar y ocupación militar legalmente; mientras que la demanda de cuerpos armados y encargados de imponer el orden público y velar por las propiedades de las clases dominantes, fue relegada a instituciones que vieron la luz entre 1899 y 1900,  como la Policía Municipal y la conocida  y tristemente recordada Guardia Rural que se encargarían de la represión.
En abril de 1908, durante la segunda ocupación norteamericana y el Decreto-Ley 365 se estructura el ejército permanente,  separado de la Guardia Rural. Todo estaba planificado,  los EEUU siempre tuvieron la intención de apoderarse de la isla. El tiempo que medió entre la desaparición del Ejército Libertador y la creación de este nuevo ejército,  impediría que llegara el influjo independista revolucionario y nacionalista de su antecesor. También este naciente ejército rompió  con las tradiciones de lucha y el arte militar mambí, para asumir totalmente el pensamiento militar norteamericano.  Pienso que al  ejército cubano le castraron la rica historia de lucha,  no estaba imbuido de fuertes tradiciones patrióticas, ni del legado de Martí.
En realidad  el ejército de  Cuba era fuente de enriquecimiento de la alta oficialidad y el medio que los diferentes grupos políticos tenían  para lograr mantener el compromiso político del ejército con sus intereses oligárquicos.
El principal abastecedor de material de guerra del ejército de Cuba fueron los EEUU de América. Al concluir la II Guerra Mundial los EEUU quedaron abarrotados del armamento producido en el periódico bélico. Un ejemplo de ello  la subasta de la Base Naval en Guantánamo.  Yo soy testimoniaste de lo anterior. Mi padre era subastador en la Base Naval,  cada cierto tiempo en este lugar se realizaba subasta de vehículos de guerra, camiones, jeeps,  globos de tiro al blanco arrastrado por aviones paracaídas, todo esto se compraba en subastas que allí se realizaban, todo era utilizable,   con las telas, los cordones, hilos que eran de seda  convertirlas en otros usos;  también se compraban   algunos barcos medianos, piezas de aviación, radios,  juguetes, en fin,  ellos subastaban variedades de medios y objetos, además su industria alcanzó un desarrollo tal que lo obligó a buscar desesperadamente mercados.
Los EEUU inundaron de armamento, en su mayoría ya obsoleto,  a los ejércitos latinoamericanos; las fuerzas armadas cubanas  las pusieron en las mismas frecuencias del sistema interamericano de defensa, diseñado por los EEUU. Toda la bibliografía para el ejército cubano, en todas las armas que se empleó,  fue norteamericana, como hemos dicho,  en  algunas de sus ramas la oficialidad, los pilotos, era clasista,  su ascendencia a los altos cargo del ejército se llegaba por las vías del compadrazgo político y de intereses. Era un delito que los oficiales mantuvieran relaciones con los políticos y los estudiantes, Grau flexibilizó un poco esto.
Las formas, estructuras, los manuales, voces de mando, uniformes, el armamento,  todo eran  copiadas del ejército yanqui. La Revolución Cubana eliminó todo la estructura vieja y la remanencia la fue eliminando en el camino.
La cultura no es más que el sistema de valores de la sociedad. La Revolución interpretó nuestra historia y el pensamiento de Martí. Fidel ha realizado una labor pedagógica  incansable, partió de nuestras propias realidades. Su autoridad ha sido hija de su prestigio, de su capacidad. No olvidemos que  veníamos de un capitalismo, que había deformado todos los estamentos de la sociedad, Fidel supo orientarnos hacia las trasformaciones que eran necesarias; nuestros errores y desaciertos  fueron tal vez un poco idealizados.
El socialismo es un proceso, una transición desde el capitalismo hacia formas superiores de organización de la sociedad, hacia un nuevo tipo de relaciones humanas, implica tiempo,  la realidad del entorno  incide en ello,  están presentes y se mezclan   las viejas ideas, los viejos valores con lo nuevo, son cambios profundos. Los errores y debilidades son naturales en todo proyecto humano. Pretender que todos piensen igual es absurdo.
“Mientras que el antiguo Ejército Constitucional de Cuba constituía una de las fuerzas militares menos impresionantes en América Latina, el Ejército Revolucionario actual es el ejército más formidable en la región y presenta un elemento disuasivo efectivo ante cualquier intento de intervención armada en Cuba por los Estados Unidos y con un haber combativo demostrado en las recientes guerras poscoloniales en África y otros lugares”. (Tomado del Boletín de Información selectiva, serie ejércitos extranjeros No.27 año 1984 información interna para oficiales,   LAS FUERZAS ARMADAS DE AMÉRICA LATINA, CUBA).
Esto está claro,  nos obligaron a tener que hacerlo, se empleó tiempo, recursos,  a este menester,  no obstante la ayuda solidaria de la antigua URSS.
El ejército de la tiranía tenía unas fuerzas armadas cientos de veces superior en números  de  hombres, de equipos y de armas a la nuestra.   Los rebeldes se fueron armando fundamentalmente a medidas que  libraban combates y ocupaban armamentos y municiones. Durante una buena parte de la lucha,  desde su comienzo, la táctica del Ejército Rebelde se concentró en sitiar una fuerza, un puesto, un campamento y emboscar sus refuerzos que venían a socorrerlos, golpeando con efectividad  al atacar la tropa en movimiento y desprotegida, acción repetida una y cien veces, lo que contribuyó al final a desmoralizarlos.
Los uniformes siempre han llamado y llamarán la atención a la gente,  los distinguirán sobre el resto de las personas; además a muchas mujeres les fascinan los trajes.
En los países latinos  en su mayoría las escuelas militares por lo regular influidas por los yanquis, forman militares castrenses, con una mente rígida, carente de un pensamiento lógico, en muchos de los casos son solo máquinas. Cuando un hijo de vecino lograba alcanzar una de estas escuelas tendrá que amoldarse al sistema o queda fuera.
 El libro de afecciones médicas para oficiales en todos los tipos de fuerzas armadas es riguroso, ni el nuestro quedó al margen, los feos ni los patatos  pueden ser oficiales, pues estos libros exigen determinadas estaturas; no tener en el rostro nada que no sea  lo que tiene todo el mundo, claro que no son los requisitos de la guardia real inglesa, pero tiene lo suyo, aunque en el mundo esto de los requisitos es a veces injusto pues en los avisos de buscar empleos siempre esta eso de tener buena presencia, apariencia, etc.,  alguien dijo que la belleza es una carta de recomendación a corto plazo.
En mi caso, mis genes era todo lo contrario, yo odiaba el uniforme amarillo de los rurales o el azul de la policía,  nunca  se me ocurrió o pensé en ser militar,  mucho menos  oficial durante toda mi vida,  que  cumpliría el paradigma de que el ser oficial de la FAR no sería un medio de vida sino un sentido de la vida.
En mi mente no había elaborado la permanencia en institutos armados, ni pensarlo, pues mis ingredientes eran  muy comunes,  sin ningún ambiente intelectual, ni de otro tipo que no fuese el de comerciante, tampoco   no tenía antecedentes inmediatas de militares en la familia,  aunque mi bisabuelo, un mallorquín,   Salvador Salazar,  vino a Cuba con el grado de Brigada del ejército  colonialista español  y dado de baja por las simpatía  de su esposa, mi bisabuela, una asturiana natural de Villa Viciosa: Matilde Alvares Laguna,  a la que tuve la suerte de conocer, simpatizante de la causa cubana y la que dio dos hijos caído en combate del lado de los mambises,  uno de ellos oficial. Con estos ingredientes se formó nuestra nacionalidad
 Recuerdo cuando aquella noche en Santiago de Cuba del 2 de diciembre del 1959,   Raúl me preguntó— ¿y ahora,  qué piensas hacer?— en mi ingenuidad le dije, — pues ya cumplí con mi Patria,  ahora a trabajar con mi padre en el garaje, — la pregunta me sorprendió, no había pensado sobre ello, ni modo saber que permanecería durante 35 años vistiendo el uniforme verde olivo. Luego la vida nos convirtió en revolucionarios conscientes, contribuimos como cuadros con nuestra fidelidad y trabajo en los primeros años de la Revolución hasta años después de la insurrección, estamos aquí, nos creamos un espacio, ante todo porque un hombre tuvo una visión del futuro, pensó que había que cambiarlo todo y así lo  hizo  Fidel
Hombres humildes se trasformaron en jefes capaces,  pienso que mucho de  nosotros,  los oficiales revolucionarios cubanos de humilde origen que tuvimos la experiencia de  en alguna forma,  contactar con Fidel, Raúl, el Che, Camilo, Almeida,   ha existido un código de honor, genético y es: nunca traicionar, ser leales y con honor, y sobre todo conscientes.
 Otros no entendieron lo que hacíamos, por suerte muy pocos o nunca salieron de la mentalidad de guerrilleros no se adaptaron a la paz, se mantuvieron anclados en el pasado.  Del II Frente  Oriental Frank País  muy pocos  traicionaron  y los vendidos, en el fondo, eran gente deshonesta, simples mercenarios, todo esto era lógico, respondieron a sus raíces.
Retrocediendo en el tiempo pienso que algunos de  mis compañeros no habían profundizado en los verdaderos móviles que nos animaron en la lucha  en aquel momento, aunque no por ello muchos no  dejaron  de demostrar en todos los frentes en que se combatía a la tiranía, capacidad y valor, sacrificio y abnegación. Luego la vida los apartó.
Como he dicho fuimos oficiales como resultado de la lucha que llevó la población contra la podredumbre que existió en la isla y tener la suerte de que naciera en estos lares  hombres como Fidel y Raúl, que inculcaron  en el joven cuerpo de oficiales sentimiento de pueblo,  de justicia y de amor.
No es lo mismo un oficial de carrera que uno a la carrera,  en realidad fuimos militares por las circunstancias que se dieron en buen cubano militares un poco a la carrera, en mi caso permanecí en el ejército pues éramos los guardianes del proceso que comenzaba, era una forma de garantizar su continuidad, luego la vida nos fue profesionalizando , yo hubiese sido un mecánico, mejor un mecánico electricista, desde pequeño este fue el camino que se me señaló, no fue un asunto de genes, pude escapar de ello por lo que expliqué con anterioridad.
Un policía me dio una patada en el culo y desde entonces escogí otro camino,  al parecer la patada me movió las entendederas, claro,  como buen cubano,  era un político y un arreglador o componedor  del mundo.
El puesto de Pru de Bartolo, en el portalón del garaje del viejo en Guantánamo  era un punto de reunión, además era ortodoxo por simpatía, no tenía edad para afiliarme a ningún partido,  pero del dicho al hecho hay un trecho, éramos boca nada más, solo discutíamos, recuerdo  las discusiones  del negro África, Bartolo y algún visitante sobre la política del país,  era a diario,  yo también metía la cuchareta. De cualquier manera nací  en el momento indicado, pues viví parte de aquella sociedad del relajo y el choteo en que mi amigo Rafael  Cuten, hijo de un terrateniente, que fue a estudiar agrimensura en los EEUU, me confesó que allí no decía que era cubano, pues los gringos pensaban que este era su gran prostíbulo.
Haber conocido parte de aquella sociedad me ha permitido hacer comparaciones, y cuando ya tome conciencia he vivido y formado mi familia, en  esta sociedad que es tan digna pienso que también en mi niñez fui muy influido por vivir al lado del Instituto de Segunda  Enseñanza.
Por  las opiniones políticas de mi amigo de 7-8 años ambos, Luisito Solá Vila, ortodoxo, y componedor del mundo; las religiones que frecuente sin creer en ninguna, las acciones de los estudiantes cuando por algún motivo tomaban el instituto, y venían los guardias rurales montados en aquellos enormes caballones tejanos dando plan de machete a desalojarlos, todo esto fue influyendo en mi formación y tomé partido  del lados de los indios, deje de estar del lado de Batman, el llanero solitario John Wayne, las urracas parlanchinas y parentelas.
Por lo regular la preparación que adquieren los oficiales y la experiencia que acumulan de dirección y mando les permite en el retiro desempeñarse en puestos importantes en la vida civil. Por determinada circunstancia en nuestro país no fue totalmente así, solo unos pocos, el resto,  la mayoría,  fueron a cuidar parqueos de bicicletas, mercados campesinos,  hombres con preparación que hubiesen sido más útiles en otros frentes;  puede haber influido  presiones y corrientes generadas por algunos, falta de puestos de trabajos,  en fin,  múltiples factores incidieron
El primer sueldo como capitán del Ejército Rebelde, que se me pagó en el Cuartel Moncada, 125.00 pesos, al terminar la insurrección,  fue una ofensa,  un insulto,  me sorprendió,   pensé que lo que había hecho no era para que me pagasen, me sentí ofendido, claro los doné para armas y aviones que era una campaña que existía en aquel momento de  recogida de dinero en la población; después,  al segundo mes,  la vida  me enseñó que para subsistir era necesario comer y para ello era necesario el dinero.
Fuimos adaptándonos a la vida militar paulatinamente, todo nos sorprendía, hubo que hacer un gran esfuerzo para adaptarse a la cortesía militar, marchar, cuadrarse, el saludo militar, rendir un parte, pues teníamos conceptos guerrilleros extremistas contra estas reglas, lo veíamos como una servidumbre, una sumisión, ser serviles,  rendirle pleitesía a alguien, comentábamos que  esto era ser sumisos, esclavos, cachanchán, guatacas.
El colmo fue digerir los grados militares de Coronel y General, al inicio solo eran los de Sub Teniente, Teniente, 1er Teniente, Capitán y Comandante con  una estrella; aquí comenzó este ajiaco de los grados, bueno en mi caso se alargó el camino,  se creó uno de Sub Capitán, otro de 1er Capitán,  uno de Comandante de 2 estrellas;  se volvió al de Mayor, y al final el de 1er Comandante  que en una conversión quedó  en Coronel.
Llegando por fin a los grados actuales adecuados a los que mundialmente se llevan, pues el rollo que teníamos formado no se entendía en el exterior. El rechazo amainó cuando analizábamos que estos grados eran los mismos que tenía el ejército mambí, y no teníamos que asociarlos con el ejército de la dictadura.
Aunque esto de las promociones profesionales tuvo vaivenes, sobre todos los que transitamos por la hilera larga de los grados que hemos señalado. Sacando la cuenta un  capitán en el 59 era el equivalente a  un coronel.
Sobre los grados militares el Che dijo: Que cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzaba algún grado superior en la fuerza revolucionaria estaba dotado de una historia de hechos notables. Sobre la base de ellos lograba sus grados.
También sobre  los cambios de los uniformes. En la guerra de liberación pues lo más popular era las boinas negras españolas  y las gorras de un caqui azul , con orejeras, y sombreros tejanos como los de Camilo, algunas veces los usaban  Raúl y Piñeiro;  luego en la paz  en el mismo enero del 1959  adoptamos las gorras de oficiales  tipo francés del traje de campaña del vencido ejército, siempre el uniforme era el verde olivo de campaña que  usamos por muchos años,  y como existían en los regimientos que heredamos sastrerías militares nos confeccionábamos un uniforme de gabardina cortado a la medida de un verde oscuro. Recuerdo que la primera persona que vi con él fue a Tim Navarrete en el Moncada.
Cuando comenzamos a salir al exterior teníamos un uniforme de gala con camisa blanca y corbata negra, que usamos en el Primer Congreso del Partido, en 1975,  luego para el diario se cambió a una chaqueta llamada  guapita color casi de café con leche que se podía usar con un saco oscuro con corbata y gorra de plato que era el que usaban casi todos los ejércitos de los antiguos países socialistas, hasta llegar al tipo de guayabera cubana actual, realmente todos calurosos, el más funcional  que recuerdo fue el verde olivo que adquirí en la intendencia del Cuartel Moncada,  de botones de metal, era procedente del ejército yanqui, muy ligero y cómodo, que me dio el intendente, el comandante Ferrer Da Silva.
En  las misiones en  África adoptamos el uniforme de campaña que usaba el ejército soviético internacional,  uno amarillo color  casi de saco de yute y el sombrerito del mismo color como el que usan los pescadores en las películas americanas;  fue por poco tiempo, pues volvimos al nuestro verde olivo de campaña con la chaqueta por fuera de bolsillones, con la gorra de visera larga  del Ejército Etíope.
Las botas, las de fuera del país,  las soviéticas, pesadas, pero duraderas;  las más ligeras eran las cubanas y unos botines de procedencia checa para oficiales, muy cómodos.
Al enviársenos a escuelas militares chocamos contra aquellos cadetes que no poseían la misma formación que la nuestra, profesores de la Escuela de Matanzas, muchos con el concepto de que la disciplina entraban con sangre, las aborrecidas cortes sumarias donde nos juzgaban (los repórter) por no saludar, botón desabrochado, o el jabón sucio o polvito en el resquicio o unión del remache de la cama con el bastidor o cualquier otro estrafalario o inaccesible lugar, que nos tronchaban la ansiada salida del sábado al mediodía hasta el domingo a las 10:00 pm.
No pocos dolores de cabeza le dimos al Ministro en  la Escuela de Matanzas y   en  la Escuela  Superior de Guerra de la Cabaña, al final de aquellos cursos agotadores, en el acto de  fin de curso, Raúl nos miraba  y comentaba:   bueno yo tenía que haber venido un poco más.
El comandante  Quevedo,  director histórico de mis cursos,  sobrellevó aquella situación con inteligencia y entramos por el aro, por paciencia y persuasión, era un analítico, estudiaba quiénes eran lo que más podían influir en el resto. Por chota le pusimos a su oficina en Matanzas el Pentágono y a un grupo que fuimos seleccionado por él para  representar a los alumnos,  nos llamaban “ los representante de los obreros ante los organismos patronales”,  en verdad aquel 4to curso de Matanzas fue tremendo, recuerdo a algunos compañeros:  Bordón, Camacho, Cubelas (traidor),  el sacerdote Sardiñas, Tomassevic (el flaco), Rigo Rivero, Caballo Loco, el negro Neftalí Mancebo, Ducan Ducan , Manolo cabeza de p…. este nombre se lo puso Camilo Cienfuegos, Tiburón,   recuerdo  al clima frío de ese lugar  y  aquellas postas cosacas (así se le llamaba) en las garitas en las periferias de la escuela,  la lucha por no dormirse y ser sorprendido por los oficiales de guardia que hacían recorridos, los nombretes que nos poníamos,  volver a ser muchachos jodedores,  23 años con el alto grado de capitán, solo me superaba un grado  más,  el de  comandante. Había varios con este grado, también capitanes, oficiales de milicias,  tenientes, hasta un cura, el padre Sardiñas,  en fin allí estaba representada la oficialidad de aquel momento, nunca hubo problemas con esto, el individuo era lo más importante, diferentes caracteres, culturas, nivel educacional, profesores del ejército anterior que no habían tenido ningún problemas y otros sobre todo los de política  viejos militantes, recuerdo a Mestres y a Cirilo y jóvenes cadetes de la escuela de cadetes de Managua.
Luego en la Escuela Superior de Guerra,  ya casado, en el 3ro curso estaban  Pinares,  Olo Pantoja, Vilo Acuña, René de los Santos, Proenza, Daria,  Peña, Arturo  Lince, Douglas Rud,  Pepín Bravo; la visita sorpresiva que nos hizo  el alumno # 1 Raúl Castro, cuando   estaba  en el  curso avanzado y recogió la caricatura de nuestro  mural que le habían hecho a José Nivaldo Causes y Pérez, aquí ya no era todo  tan estrictamente estricto, ya existía el Partido, se analizaba un poco más, de este curso salieron compañeros para Bolivia.
En esta etapa se destacaron muchos, sobre todo aquellos que tenían una base cultural y podían asimilar la táctica soviética y la técnica. De la cantera del Ejército Rebelde salieron los jefes para las FAR y los dirigentes para la vida  civil, luego en un proceso paulatino los menos,  los que no se adaptaban a la disciplina militar encontraron un destino en otras tareas.
De guerrilleros a oficiales profesionales en la forma cubana, donde un ejército irregular sustituye a uno regular, no conozco otro ejemplo, fue algo sui  generis, se rompió el mito que una revolución se puede hacer con el ejército y nunca contra el ejército. Es curioso como el oficial nuestro no tiene espíritu de élite, el oficial nuestro no tiene la visión de mundo que tiene un oficial de otros lares, esto lo he contactado en el trato que he tenido a lo largo de mi vida con muchos oficiales de otras latitudes.
Claro,  existe un amor por el trabajo, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que es parte inseparable de nosotros. Lo mismo pasa con los oficiales del Ministerio del Interior,  acá no ha existido ningún programa ideológico para que esto no ocurra, ni se nos ha programado, tal vez sea el aire de respeto irrestricto al hombre y a la dignidad humana  que se respira en esta isla, del color que vemos las cosas, de todo lo que hemos vivido.
Lo que hemos vistos en los dirigentes, pienso que este fenómeno no solo nos ocurrió a los miembros del Ejército Rebelde o los compañeros que ingresaron en los primeros años, lo observo entre los jóvenes oficiales, por lo regular son personas sencillas, sin ínfulas militares.
En mi experiencia con oficiales de otros países, realmente no he visto estas características, acá pocos jugaron a ser militares sin seso, como vimos en películas, tipos duros, en filmes yanquis y donde pintan al militar latino como incultos, matones, traficantes y sobornables.
El compañerismo surgido  en las aulas, en las escuelas,  en las unidades, en la guerra,  las operaciones, donde se manifestaron las primera manifestaciones, las preocupaciones sociales que nos ayudaron a formar nuestros propias personalidades; en el pueblo donde todos nos conocemos, donde siempre encontraremos una mano amiga. Estábamos en tiempo de encontrar los amores, de fundar una familia y así ocurrió, unos con más suerte me refiero a eso que llaman compatibilidad de caracteres y otros con menos, en mi caso llevo más de 50 años con una gran compañera hija de un mártir de la Revolución, una científica  respetada y querida en nuestra comunidad hemos tenido dos hija , son médicos, una ha cumplido misiones en Venezuela por varios años y ahora en Argelia, tenemos tres nietos varones gente buena y ahora la vida nos ha premiado con una bisnieta,  vivimos en una sociedad sin drogas. Segura con  escaseces producto de un bloqueo férreo a nuestro país por los EEUU al que hemos resistido por más de 50 años y continuaremos haciéndolos.
Al hacer un recuento a estas alturas me maravillo que en mi larga carrera de oficial de un cuerpo armado desde mi inicio en la guerrillas del II  Frente Oriental Frank País,  bajo el mando de Raúl Castro,  no he visto ni por pequeña que fuese una manifestación ni un solo sentimiento de veteranismo, caudillismo, localismo o racismo en ninguna persona de las que me han rodeado.
En la guerra de liberación, quienes podían hacerlo o jactarse era la gente que pasó con Raúl  a la fundación de nuevo frente y  nunca supe de un caso sobre el caudillismo, Raúl rechazaba esto de plano, no obstante el ser humano  no puede dejar de sentir admiración o fidelidad a un jefe digno, justo y valiente.
Sobre el localismo o el regionalismo,  pues los orientales, nos sentimos orgulloso de ello, pero más de ser cubanos, y por ultimo racista, con lo que nos gustan las mulatas, no, no lo creo.
Fidel agrupó al personal de otras organizaciones militares que lucharon contra la tiranía.  Mucha gente del Directorio  Revolucionario 13 de Marzo y del 2do Frente del Escambray terminó identificándose  y pasando al lado de los  terratenientes y los desafectos,  otros pasaron al lado de la Revolución en las Fuerzas Armadas.
Al Ejército Oriental vinieron magníficos compañeros  que habían estado  en la insurrección en el Escambray, no recuerdo nunca una discusión ni que esto se haya tenido en cuenta para decidir sobre el compañero en cuestión, sencillamente no tuvo ninguna importancia.
Nuestro agradecimiento a la antigua URSS será eterno, y el respeto por su historia en la II Guerra Mundial. No faltó que algún entusiasta  en algunas cosas calcara el modelo  soviético.  Los hombres de Pánfilo  fue una buena  lectura en esa época, pero no era, por muy admirados, que fueran nuestra cultura, y costumbres. Y en otro caso copiar costumbres chinas. Recuerdo el primer  1 de mayo en Santiago, en 1959,  las fotos gigantes  de Fidel y Mao adornadas en su alrededor (marco) lleno de flores,  al igual que lo hacen los  chinos.
Los cubanos a lo largo de nuestra historia hemos tenidos nuestros propios gritos de guerra,--- al machete--- en nuestra guerra contra el colonialismo español y  se daba  la orden --- al degüello--- el enemigo se aterrorizaba.
Cuando se oyen en  las grabaciones  de la guerra en  Etiopía,  otras palabras más fuertes lanzadas al fragor del combate,  mucho más modernas y comprensibles,  en ese momento lo hacían  los señaladores y  correctores del tiro de la aviación y la artillería nuestras,   que indicaban las correcciones del tiro a nuestros medios, eso si es  nuestro y  palabras que no debo de repetir aquí.
En  África los etíopes siempre nos buscaban  a los cubanos,  era un asunto de las raíces, y caracteres; los soviéticos allí fueron nuestros hermanos, solidarios, dispuestos a apoyarnos en todo. Siempre recuerdo que el primer internacionalista caído allí,  lo fue un capitán soviético.
En África han combatido 381 431 soldados y oficiales cubanos junto a soldados y oficiales africanos a lo largo de 30 años.
Acá en mi país la gente es noble y sencilla, somos propensos a la alegría, al buen humor, a las risas a la informalidad, al disfrute de los placeres sanos, físicos y espirituales y unas ganas de vivir plenamente. Disciplina claro que existe, pero esta es con lógica, no es el “sí señor”,  “no señor”, a la orden señor”, de  esos militares con la   cara pintada  de  negro y pelados al rape tipo Rambo, de las películas yanquis, son  un eslabón obediente, demente,  de la cadena de mando de otros ejércitos.
Sobre nuestro comportamiento tengo la experiencia en la luchas en las montañas contra la dictadura de Batista. También contra las bandas pro yanquis de bandidos terroristas en la isla. Fui  internacionalista en  África, he visto en combate a mi gente, han actuado con disciplina y humanidad, con valentía y audacia, tanto en acción o con los prisioneros, ni siguiera ofensas verbales,  no podía ser de otra manera.
En mi larga estadía en la FAR, en la guerra contra Batista,  el Ejército Rebelde fue generoso y humano,  en la rendición de los cuarteles no se conoció una ofensa a un detenido, un prisionero o un condenado a muerte, ni siquiera a un asesino  como los  tigres de Masferrer, ni al abusivo policía, todo lo contrario de los asesinos uniformados de la dictadura, algo que remotamente olía a revolucionario  o el ciudadano común que caía en sus manos, los vejaban, torturaban.
En  África eran los hijos o los nietos de aquello que fueron mis compañeros en el Ejército Rebelde. No concibo,  sería un absurdo  ver a un soldado cubano asesinando a un prisionero o familias, mucho menos torturando a alguien como es ahora común en el mundo;  mi pueblo lleva en los genes el rechazo a estas prácticas, esto trasmitido inoculado, inculcado por Fidel y Raúl, a todos.
Esta conducta se ha mantenido a lo largo de todos estos años, solo en mis 37 años en los diferentes frentes de combate de la Revolución presencié un pequeño acto de vejación de un sargento nuestro a un bandido en el Escambray que consistió en una bofetada, y unas palabras el tipo estaba herido fue en el momento de su captura, los que allí nos encontrábamos protestamos, pasaron los años,  ya el sargento falleció cuando el Flora, luego reciente en un taller de Lucha Contra Bandidos, salió el nombre del sargento, en el listado de los que estuvieron en tal o cual unidad, me percaté que nadie  olvidó  aquel caso desagradable y lo mejor,  nadie lo había perdonado.
Esta conducta se ha mantenido a lo largo de todos estos años. El cuerpo de oficiales se fue profesionalizando, fueron llamados a fila oficiales de milicias, comenzaron las nuevas estructuras de Divisiones, Cuerpos de Ejércitos, Ejércitos, los planes de disposición combativa, las academias, las reuniones metodológicas, cursos de refrescos, los cursos en la antigua URSS, fuimos asimilando una nueva técnica moderna, se aplicaron en la práctica las teorías aprendidas en la escuelas.
En Angola y Etiopía, donde se libraron combates de concepciones modernas con el empleo de todos los medios y la organización de la cooperación, con la experiencia de guerrilleros, y los nuevos conocimientos adquiridos en las escuelas y academias poniéndolo,  en prácticas en las misiones y  el nivel político alcanzado  vivido que se poseía.
Surgieron muchos jefes capaces de actuar en condiciones de combate difíciles o el trabajo en la paz. Para llegar a todo esto pues habíamos adquirido ya los conocimientos  elementales y básicos en la Escuela de Oficiales de  Matanzas y luego en la Escuela Superior de Guerra en La Habana;  el Colegio de Defensa Nacional, los cursos colaterales,  además  las experiencias anteriormente  en la guerrilla y el África, nos dio la posibilidad de desarrollar una doctrina militar adecuada a nuestras condiciones especifica que se llamó: La guerra de todo el pueblo.
Hoy en día la cantera o la fuente principal han sido las escuelas militares Camilo Cienfuegos,   un por ciento muy altos  del cuerpo de oficiales han surgido de estas, con la condición de que el joven que se acoge a la vida militar, le gusta, se imagina que esta es dura y está preparado sicológicamente para soportar estos avatares.
 Nuestra sociedad ha creado un nuevo tipo de hombre, con una nueva concepción del mundo y una jerarquía de valores que orientan la vida el respeto a los valores humanos, el aprecio a la dignidad plena del ser humano, el amor a la vida a la sinceridad y el coraje y la confianza en la revolución en el deseo de trasformar el mundo en que esto es posible, en la fraternidad con todos los pueblos, el rechazo a la falsedad y la doble moral y la hipocresía.
La oposición a todo dogmatismo rígido impuesto, la rebeldía contra todas las formas de injusticia social y la discriminación humana con todos los seres del planeta en la conciencia que somos parte de una gran familia universal, que somos ciudadanos del mundo y experimentamos una gran solidaridad con todos los seres.
Todos los días hay nuevos descubrimientos, se sabe de la existencia de otras galaxias,  miles de ellas, no estamos solos, sin embargo a diario nos matamos, asesinamos unos a otros, algún día pensaremos distinto, sin el concepto de fronteras, raza o religión,  todo esto será irrelevante, solo seremos un pueblo.
 En la Escuela de Oficiales de   Matanzas no estábamos acondicionados a la disciplina rígida militar,  solo nos mantuvimos por la fidelidad a la Patria y a sus dirigentes; hoy en día es distinto,  los jóvenes oficiales ingresan en las escuelas militares por vocación, se realiza desde temprano en los centros educacionales del país un trabajo de orientación profesional, a través de círculos de interés y otras actividades, luego les espera un riguroso examen de selección. Muchos jóvenes  ofíciales  han alcanzado grados científicos de  doctores en ciencias militares, técnicas y sociales y es continuo y constante la superación de estos.
La vida de mi generación en las unidades militares fue de trabajo constante. Tuvimos que ser  constructores, políticos, sicólogos, las relaciones con los subordinados eran de respeto mutuos; el jefe variaba según sus características personales y humanas,  los había afables, jaraneros, otros secos, exigentes pero nunca déspotas ni  jerárquicos, de estos prosperaron muy pocos. Existía la presencia concreta del jefe, pero se conservaba la distancia normal, pero los jefes estaban al alcance de la mano, el comedor de los jefes estaba separado, pero era la misma comida, nunca fuimos una agrupación de compadres, un colectivo de hombres es bastante  complejo.
Sobre los chequeos médicos, esto se comenzó casi desde el principio al crearse los ejércitos,  fue en el Hospital Militar de Santiago de Cuba, fue algo sagrado su asistencia  y el jefe del ejército, el comandante  Reinerio Jiménez Lage controlaba esto personalmente,  éramos muy jóvenes, pero cuando se comenzó a cumplir años y apareció aquello del tacto rectal, entonces si fue un problema, educados sin una cultura médica, y el problema de la hombría hubo que convencer a unos cuanto que esto no era un asunto de machos.
De mi generación  casi todos hemos pasado a un merecido descanso, pero, nos mantenemos en contacto, estamos en cargos militares para Tiempo de Guerra,  existen miles de oficiales con estas experiencias combativas en el país y un ejército de millones de personas a todo lo largo de la isla de ellos miles cumplieron misiones combativas,    además de un espíritu  de hierro y de lucha que se ha creado en todo estos años del bloqueo yanqui  nos ha fortalecido y nos ha unido aún mucho más;  en caso de una agresión con el empleo de grandes fuerzas por su parte  invadir y ocupar la isla  podría suceder, después de una cruenta lucha que no deseamos, con miles y miles de muertos de ambas partes, pero luego  mantenerla, ¿por cuánto tiempo podrían? subyugarla, controlarla, aquí está el detalle, solo  sería una quimera del enemigo, esto nunca lo lograrían y ellos lo saben.
 Sobre las misiones internacionalistas que hemos cumplido ¿por qué fuimos, cuáles fueron los motivos de cada uno? qué hicimos allí, cómo nos comportamos,  qué motivaciones colectivas nos impulsó, Fidel lo había dicho, teníamos una vieja deuda con  África, el patriotismo es simplemente el sentimiento solidario más amplio alcanzado.
Recuerdo en mi niñez,  prevalecía  el individualismo,   estas fueron  las circunstancias en que nos formábamos, los contactos con la gente que nos rodeaba, ese mundo dividido en ricos y pobres,  las experiencias que acumulábamos, a lo largo de nuestra vida.
Las huellas que dejaron, los hechos y situaciones más importantes vividas, la crianza y educación recibida, todo eso influyo en las clases de hombres que resultamos al final.
 La influencia de aquella sociedad, la situación histórica –social que habíamos vivido,  el motivo principal de la vida  era hacerse rico, así pensábamos, pero por suerte la Revolución cambió la manera de pensar de todos.
 Fidel le dio un sentido distinto a la vida de nuestro pueblo, una educación, una orientación, nos preparó, nos enseñó a pensar con nuestra propia cabeza, guió nuestros sentimientos y nos impulsó a tareas con propósitos altruistas.
 Nos dio otra concepción del mundo y  un sentido creativo, pro social, humanista,  cambió nuestro rumbo ideológico, se crearon nuevos  valores, que orientó nuestro comportamiento en las diversa situaciones que en la vida se presentaron desde el cual percibimos, amamos u odiamos, juzgamos, pensamos y actuamos a ser íntegros y honestos. Nos alistó en el bando martiano de los que aman y fundan. 
Llegó el momento del  retiro fue, la pensión  de 420 pesos,  eran momentos difíciles,  no alcanzaba para nada Un dólar llegó el cambio de 100 y pico de peso cubanos,  etc., esto ya fue corregido un poco, todavía no alcanza, pero tenemos esperanza de que las cosas mejores.
 Un epílogo simple,  bajaron de las lomas un grupos de muchachos barbudos y de melena larga, con unos deseos tremendo de mandar  a la mierda todo lo que hasta ahora habían vivido, aquella sociedad, aquella diferencias sociales entre las gente, de color de la piel, de género, de dinero y hacerlo todo distinto, nuevo; errores pues claro que los hubo, que obra humana no lo tiene.
En nuestro caso mi época mi grupo humano, todos compartíamos el espacio del tiempo que nos tocó vivir, somos parte de los otros,  muchos sabíamos que  hacíamos historias, otros solo  vivían el momento  y respiraban, teníamos proyectos y aspiraciones  patrióticas nobles, todo estaba por construirse, instituíamos  algo mejor para nuestro pueblo, al menos sin crímenes, no podíamos abarcar toda la magnitud de lo que luego viviríamos. Luchar contra las bandas contrarrevolucionarias: misiones internacionalistas, amenazas de invasión, desembarco por Playa Girón, crisis, amenazas del exterminio total,  etc.
  Teníamos ya claro el sentido de nuestra vida,  luego el tiempo pasó y pasó y se llegó al final de todo casi sin darnos cuentas, como un soplo. Al  revisar lo transitado, no ha sido en vano, la experiencia acumulada servirá de algo, lo escrito queda, también los recuerdos que dejamos, el paso del tiempo no  mata el patriotismo, cuando se lleva a Cuba por dentro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario